Este aperitivo es uno de mis favoritos, porque combina el dulzor de la miel con el sabor intenso de la morcilla, convirtiéndolo en un placer redondo al combinarlo con el hojaldre.
Es un aperitivo rápido y fácil de elaborar, y queda muy decorativo. Se puede ofrecer como aperitivo o como parte integrante de un bufé.
Se pueden degustar tanto fríos como calientes.
Para 6-8 personas Dificultad: muy fácil Tiempo: 80 minutos (de los cuales solo 5 son de preparación)
Ingredientes:
1 morcilla de Burgos
1 placa de hojaldre
2 cucharadas soperas de miel
Preparación:
Dejamos la placa de hojaldre a temperatura ambiente.
Desprendemos las tripas de la morcilla y machacamos el contenido junto a 2 cucharadas soperas de miel.
Repartimos la mezcla sobre la placa de hojaldre.
La enrollamos y la dejamos en el congelador durante 1 hora.
Precalentamos el horno a 220° .
Sacamos el rollo de hojaldre y lo cortamos en rodajas con un cuchillo bien afilado.
Colocamos las rodajas sobre papel de horno y dejamos que se doren durante 10-15 minutos (cuidado, que no se quemen).
NOTA: Yo las sirvo con un chorrito de miel por encima.
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